A nada en la vida se le debe temer. Solo se le debe comprender. – Marie Curie

Es importante mencionar que el miedo escénico es un proceso que conlleva dos aspectos: primero la ansiedad y segundo el por qué se produce.
La ansiedad es una reacción de nuestro cuerpo ante un peligro (sea éste real o no). ¿Esto qué quiere decir? Pues que nuestro cerebro nos manda señales para que detectemos esa amenaza y prepara al cuerpo para dar 3 respuestas posibles: salir corriendo, bloquearnos o atacar.

Hasta aquí todo indica a que realmente es buena y podríamos considerarla nuestra fiel amiga. A mí me encanta explicar la ansiedad con el
ejemplo del león. Imaginemos por un momento que nos encontramos en la selva y vemos de repente un león que nos está mirando. En ese mismo momento la ansiedad es nuestra salvación, ya que gracias a ella, nuestro cuerpo se prepara para salir de ahí y que no nos coma.

Y pensaréis… sí, es buena pero las sensaciones físicas que tenemos cuando la vivenciamos son realmente incómodas: respiramos agitadamente, el corazón late más rápido, sudamos, temblamos o incluso podemos llegar a marearnos.

La vivencia es tan desagradable que solemos evitar aquello que nos lo provocó, pero esto sólo hace que aumente el miedo (es lo que llamamos miedo al miedo o pánico).

Artistas conocidos sufren miedo escénico

Son muchos los artistas que sufren pánico escénico (por ejemplo Joaquín Sabina, Pastora Soler, Katy Perry o Adele). Una persona que sufre miedo escénico ha pasado por una situación que llamamos ataque de pánico. En estos episodios, tenemos la sensación de que el ambiente nos supera o no sabemos cómo enfrentarnos a él. Pero… ¿Y por qué una persona como Joaquín Sabina tiene un ataque de pánico después de todos sus años de trayectoria como artista? Pues bien, porque todo este proceso ocurre en la parte emocional o inconsciente de nuestro cerebro, en la parte “animal”. Por eso es interesante mencionar que donde de verdad está el problema es en la manera que gestionamos nuestra experiencia en el escenario y esto muchas veces ocurre por nuestras propias creencias (como por ejemplo “no puedo fallar” “qué pensará de mí el público…”).

En muchas ocasiones, la ansiedad no llega a suponer un desmayo o el bloqueo total pero sí que puede afectar al resultado del artista en el escenario. También podemos encontrarnos situaciones de miedo escénico por ejemplo en castings (y a qué mala hora porque justamente los castings son oportunidades para encontrar trabajo), pero yo creo que lo más importante es que nuestro propio miedo es el que nos impide disfrutar de algo que amamos.

Consejos para controlar nuestro miedo escénico

La suerte es que al estar en nuestra mente es algo que podemos controlar. Aquí os dejo algunos consejitos que podemos aplicar cuando pasamos por una situación así:

1. Comprender que la ansiedad en sí no es peligrosa. Es un instinto del ser humano.
2. Trabajar con un profesional técnicas de relajación y respiración para regular la actividad nerviosa.
3. No anticipar el miedo.
4. No evitar la situación que tememos.
5. Intentar aplicar el humor. Cuando somos capaces de reírnos de algo que nos da miedo, el cerebro deja de identificarlo como algo peligroso.

Como siempre se dice, la única manera de acabar con un miedo es enfrentándote a él convenciendo a nuestra mente de que es algo superable.